El actual referente del movimiento psicoanalítico mundial que continúa con las enseñanzas de Lacan habla sobre Google. El psicoanaista, autor y prominente pensador de nuestra era reflexiona sobre Google.
Jacques-Alain Miller
Google es la raña en la Tela. Asegura una metafunción: la de saber donde está el saber. Dios no responde; Google, siempre, inmediatamente. Le dirigimos una señal sin sintaxis, con una parcimonia extrema; un clic, y ...bingo! viene la catarata: el blanco ostentoso de la página se ennegrese súbitamente, el vacío se invierte en profusión, lo conciso en logorrea. Siempre que tiramos ganamos.
Organizando la Enorme Cantidad, Google obedece a un tropismo totalitario, glotón y digestivo. De allí el proyecto de escanear a todos los libros; de allí los raids sobre todos los archivos: cine, televisión, prensa; más allá, el blanco lógico de la googleización, es el universo entero: Confíale tu desorden documentario y él pondrá cada cosa en su lugar - y a tí mismo además, que no será ya, y para la eternidad, más que la suma de tus clics. Google, "Big Brother?"Cómo no pensarlo? De allí la necesidad para él de plantear como axioma su bondad profunda. Es malo? Lo que es seguro, es que es necio. Si las respuestas abundan en la pantalla, es porque comprende de través. La señal inicial está hecha de palabras, y una palabra no tiene un solo sentido. Por lo tanto el sentido escapa a Google, que cifre, pero no descifra. Es la palabra en su materialidad estúpida lo que memoriza. Por lo tanto,siempre te toca a tí encontrar en el cúmulo de los resultados la aguja de aquello que produce sentido para tí.
Google sería inteligente si pudiéramos coumputar las significaciones. Pero no podemos. Tal Sanson segado, como un ciego ,Google girará su rueda hasta el fin de los tiempos.
Jacques-Alain Miller
Texto publicado en el sitio de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP)
Google es la raña en la Tela. Asegura una metafunción: la de saber donde está el saber. Dios no responde; Google, siempre, inmediatamente. Le dirigimos una señal sin sintaxis, con una parcimonia extrema; un clic, y ...bingo! viene la catarata: el blanco ostentoso de la página se ennegrese súbitamente, el vacío se invierte en profusión, lo conciso en logorrea. Siempre que tiramos ganamos.
Organizando la Enorme Cantidad, Google obedece a un tropismo totalitario, glotón y digestivo. De allí el proyecto de escanear a todos los libros; de allí los raids sobre todos los archivos: cine, televisión, prensa; más allá, el blanco lógico de la googleización, es el universo entero: Confíale tu desorden documentario y él pondrá cada cosa en su lugar - y a tí mismo además, que no será ya, y para la eternidad, más que la suma de tus clics. Google, "Big Brother?"Cómo no pensarlo? De allí la necesidad para él de plantear como axioma su bondad profunda. Es malo? Lo que es seguro, es que es necio. Si las respuestas abundan en la pantalla, es porque comprende de través. La señal inicial está hecha de palabras, y una palabra no tiene un solo sentido. Por lo tanto el sentido escapa a Google, que cifre, pero no descifra. Es la palabra en su materialidad estúpida lo que memoriza. Por lo tanto,siempre te toca a tí encontrar en el cúmulo de los resultados la aguja de aquello que produce sentido para tí.
Google sería inteligente si pudiéramos coumputar las significaciones. Pero no podemos. Tal Sanson segado, como un ciego ,Google girará su rueda hasta el fin de los tiempos.
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